A los catorce años, creo recordar, empecé con esa maravillosa aventura que es dibujar. Ya tenía un maestro en casa, mi padre, gran profesor de dibujo y magnífico dibujante, y además teníamos dos tomos de El Quijote ilustrados por José Segrelles... En esos libros, además de sus impresionantes láminas a color a toda página, cada capítulo era abierto con unos dibujos a plumilla que me marcaron para siempre. Podeis ver aquí dos ejemplos de su maestría con la plumilla. Pintor e ilustrador valenciano, murió en el año 1969, dicen que injustamente olvidado por su vinculación con el franquismo y su empeño en pintar santorales durante sus últimos 30 años, yo me quedo con sus fascinantes ilustraciones, esas que me hicieron, junto con mi padre, amar el dibujo. Además de estas para El Quijote hizo también ilustraciones para la Divina Comedia, Los siete pecados capitales y, como encargo de Blasco Ibañes, ilustraciones para cuatro de sus novelas: Los muertos mandan, El intruso, La catedral y Flor de mayo, que tengo entendido no fueron publicadas y se encuentran en el Museo Segrelles en Albaida: http://www.museosegrelles.com, además de múltiples colaboraciones en revistas españolas y extranjeras (Blanco y Negro, L'Esquella de la Torratxa, Fortune, Cosmopolitan, Park Avenue, The Illustrated London News, New York Times...). Un sobrino suyo, Vicente Segrelles, es un gran y reconocido dibujante de cómic.
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